En el post anterior os hablábamos de las dificultades que se nos han presentado y se nos presentan en nuestro recorrido con Labienhecha. Hoy queremos hacer un pequeño repaso de los aciertos y errores que, a nuestro juicio, hemos cometido a diferentes niveles.
Probablemente sería una lista sin fin, pero hoy nos centramos en una primera parte que resume 8 aciertos y 8 errores clave que nos han llevado a ser quienes somos hoy.
ERRORES:
1. No planificar ni tener unos objetivos claros.
Labienhecha va muy rápido, tan rápido que a veces no nos deja tiempo para marcarnos objetivos o planificar el trabajo. A menudo tenemos la sensación de ir detrás de ella solventando dificultades sobre la marcha. Y a veces, cuando parece que le pillamos el ritmo, una complicación nueva aparece. La desorganización y ralentización que esto conlleva no son amigos de ningún proyecto.
Lo ideal es planificar y tener claros objetivos, además reservar parte del tiempo diario a resolver problemas o imprevistos.
2. Falta de seguridad o confianza en lo que hacemos.
En esto pueden influir muchos factores, pero muchas veces es necesario pararse a pensar qué es lo que la provoca y cambiarlo. Es una cuestión casi de vergüenza: salir a la calle, descubrir la acogida de algo en lo que has empleado tanto tiempo y sacrificio.
Quizá la incertidumbre sea fuente también de la falta de confianza, pero tenemos que decir que hemos aprendido algo: si nosotras mismas no creemos en nuestro proyecto, nadie más va a hacerlo.
3. El drama de los problemas.
Si nos paramos a pensar cuántas veces hemos empleado una energía innecesaria en problemas que no suponen el fin del mundo, que tienen fácil solución… ¡Cuántos disgustos nos ahorraríamos!
Creemos que es importante ver el panorama completo, ver el bosque en lugar de centrarse en el árbol. Sin duda, aprender a diferenciar y valorar dando importancia a lo realmente importante es algo que puede jugar a nuestro favor. Nosotras estamos aprendiendo para hacerlo bien… :)
4. «Ir al súper con hambre», como nos gusta decir...
Utilizamos esta expresión porque se parece mucho al problema que sufre el artesano, y es que tienes que comer, que pagar facturas, que continuar sacando adelante tu proyecto, y todo ello hace que a veces, por el hecho de vender, tendemos a vender un producto por menos de lo que vale. Malvenderse, bajar los precios y no negociarlos inteligentemente no lleva a ningún lado. Al menos, no a vivir de la venta de un producto que tanto esfuerzo y empeño (y dinero) conlleva.
5. Las comparaciones.
Ya se sabe que son odiosas, pero además, en este caso, creemos que no llevan a ninguna parte: cada proyecto es un mundo y tiene sus propias necesidades y entresijos. Lo que le funciona al vecino, no tiene por qué funcionarte a ti, y al revés.
Sin duda, dejarse aconsejar y conocer la experiencia y el recorrido de los demás es enriquecedor, pero difícilmente basar decisiones en la comparación o sacar conclusiones de ellas puede resultar en algo positivo.
6. El miedo (¡o pánico!) a los errores.
Es necesario asumir que no podemos ser perfectxs ni hacer las cosas perfectas. Al fin y al cabo, los errores son una de las herramientas más valiosas para un proyecto, porque el aprendizaje de ellos es una de las cosas más enriquecedoras tanto personal como profesionalmente.
7. La falta de comunicación.
La correcta comunicación es necesaria y más aún en equipos como el nuestro, en el que hay una cadena de producción, un proceso de compra-venta, una oficina, una tienda física, tropecientos markets y un taller que deben trabajar codo con codo. Puede parecer algo sencillo, pero dar por sentado las cosas en un equipo puede desencadenar muchos tipos de errores.
8. No hacer caso a nuestro instinto.
Como hemos dicho antes, es necesario confiar en unx mismx y en nuestro propio proyecto. Quizás este punto nos haga parecer un poco locas… pero lo tenemos comprobado: si hay que tomar algún tipo de decisión en la que lo racional parece indicar que es buena idea seguir adelante pero hay algo, un no sé qué, que nos dice que no... Hemos aprendido a que hay que inclinar la balanza de nuevo, porque no seguir nuestro instinto nos ha jugado varias malas pasadas.
ACIERTOS:
1. Salir a la calle.
Dar la cara, enseñar el producto, perder la vergüenza, contar nuestra historia. Aún estamos aprendiendo, pero este ha sido uno de los mayores aciertos que ha tenido Labienhecha, porque detrás de ella hay un trabajo y un equipo que la conforman, y salir a compartir todo esto crea un vínculo de confianza con aquellos que te conocen.
Al final, hace que también quieran formar parte de eso de alguna manera (aunque sea comprando un bolso, o cinco <3).
2. Arriesgar.
O como nosotras decimos, ir al bingo con el último billete. Siempre se dice que quien no arriesga no gana, y a veces hemos perdido, pero también hemos ganado mucho arriesgando, apostando por personas, proveedores, eventos o alguna idea loca… ¡como la de abrir una tienda en el centro de Málaga!
3. Reinvertir.
Lo importante para nosotras no es hacernos de oro, es hacer crecer nuestro proyecto. Reinvertir el dinero que entra en Labienhecha (en lugar de pegarnos un viajecito… que no nos vendría nada mal) nos ha permitido seguir avanzando y hacer que el proyecto siga creciendo.
4. Confiar en nosotras y en Labienhecha.
Puede parecer un poco contradictorio, porque antes destacábamos esto como un error, pero en contra de ese error de no confiar… hemos aprendido a quitarnos la vergüenza y el miedo, hemos confiado y seguimos haciéndolo, no nos rendimos ante las dificultades, que a menudo no son pocas.
Hemos hecho frente a situaciones en las que no han confiado en nosotras (e incluso a alguna risa especialmente por eso de que somos todas mujeres…), pero nos basta con creer en nosotras y con la satisfacción de tener el respaldo de un equipo maravilloso y el apoyo de los que nos rodean.
5. Honestidad, transparencia, cercanía.
Ser accesibles a todxs está entre nuestros valores y esto nos permite crear relaciones duraderas de confianza. Labienhecha no se esconde; Labienhecha comparte.
6. Crear sinergias, aliadxs y comunidad.
No nos gusta el concepto de competencia, creemos que podemos ayudarnos unxs a otrxs y compartimos conocimientos, materiales, técnicas y estrategias tanto con otros artesanos o emprendedores, como proveedores y clientes. Creemos en la importancia del sentimiento de comunidad para que un proyecto funcione.
7. No rendirnos nunca.
A pesar de caer rendidas todos los días por la gran cantidad de trabajo que supone esto, no nos rendimos. Luchamos cada día por lo que creemos y aunque a veces pueda ser frustrante, el sentimiento de satisfacción que produce ver cómo superamos las dificultades, la familia que hemos creado o la evolución que sigue teniendo nuestro proyecto es mucho más grande.
8. Nuestro mayor éxito: el equipo.
Hemos conseguido crear un equipo de mujeres en el que nos sujetamos unas a otras. En Labienhecha no hay un equipo en el que cada una hace lo suyo y punto.
Hay una gran familia en la que todas damos más del 100%, y no porque nos lo exijan, sino porque nos nace, porque nos identificamos con los valores del proyecto, porque nos gusta ayudarnos unas a otras y nos miramos orgullosas por todo lo que hemos logrado y lo que nos queda por conseguir.
Somos una familia de mujeres bienhechas, todas diferentes, pero todas unidas. En Labienhecha hemos aprendido lo que significa la palabra sororidad, en el día a día, hora a hora y minuto a minuto.
Somos compañeras, amigas y ya casi como hermanas. El tener un gran equipo humano es de lo más gratificante que te puede ocurrir en un proyecto.
Probablemente nunca dejemos de ser inexpertas en millones de cuestiones… Pero si hoy compartir este trocito de nuestra experiencia puede servir de algo o hacer que nos conozcáis un poco más, ¡bienvenido sea!
Si hay algún emprendedor o emprendedora en la sala que quiera compartir su experiencia, ¡somos toda oídos! Y si alguien necesita apoyo o tiene dudas, os recordamos que estamos aquí, al otro lado, para ayudaros en lo que se pueda ;)
Mientras tanto, esperamos que os sirva nuestro aprendizaje y a nosotras de recordatorio para aplicarlo cada día.
Ya queda menos. ¡En nada estamos ahí fuera todos!
Mucho ánimo y muchos abrazos de #lasbienhechas.
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